PRIMERA PARADA: MARES CARVALLO
Se daría por iniciada esta travesía pero primero, una parada para celebrar el comienzo de la misma.
El capitán empieza con una oratoria en la cual nos pide que agudicemos nuestros sentidos, que estemos atentos a este nuevo proceso que estará pronto a empezar.
Luego de esto, firma nuestras bitácoras que son nuestro pase a este viaje, estas serán nuestros ojos, manos, oídos y labios. Esta será la que guarde nuestros mas pequeños pensamientos al respecto de este viaje.
Uno en uno fueron los tripulantes a que les grabará el comienzo de, cuando el ultimo tuvo la pequeña marca en su libro, el capitán permitió que cada uno elegiría una espada que se adecuara a si mismo, una espada hecha de colihue, larga, corta, angosta o gruesa, todo variaba según el tripulante que la blandiera. Prosiguiendo con la iniciación, este solicito que los que estuvieran de acuerdo y aceptaran el reto llevaran acabo un proceso de limpieza visual (con agua, pa´ to´ publico).
Dimos por cerrado con su grito de guerra correspondiente, y dimos vía libre para navegar hacia la playa Carvallo.
Una vez allí, nos encontramos con un día nublado que amenazaba con llover, de esos días perfectos para salir a navegar y quedarse quieto esperando el movimiento del mar. Este en respuesta, nos brindo con unas marejadas de locos, una brisa que muy tibia no se encontraba pero que se agradecía en el corazón caliente de cada tripulante que veían como lentamente el navío que hasta allí nos llevo ardía en llamas que significaban el comienzo de un proceso.
BUSCAR ALGO QUE NOS TRAJIERA A ESE DIA CONSTANTE
cada tripulante en este viaje tuvo que encontrar ese objeto que lo conectará con esta situación, con este espacio, con este mar. Por mi parte, no lo he logrado.
Me he encontrado con un corazón sobrepasado en aguas turbias que nublaban mi vista a lo que bajo mis pies se encontraba, que inutilizaban mis oídos cada vez que buscaba escuchar como rompían estas mismas. No he encontrado un objeto, claro esta, pero no he fallado, me he llevado algo mucho mejor, una sensación de extraña calma en el intranquilo constante de sentir.
Sin embargo, nuestra experiencia no quedaba aquí, ahora debíamos dejar todo en la bitácora de nuestros mas profundos sueños, debíamos dejar grabado a fuego lento, a tinta estancada la estadía en este lugar. Que para muchos, fue algo mas que solo una playa.
B.BETANCUR
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